Según el artículo publicado en El Mercurio, la proporción es tres veces más alta que la de docentes con más experiencia y podría crecer por efecto de la pandemia. Las mentorías han mostrado ser una política efectiva de retención, pero una que todavía tiene muy bajo alcance.
Entre los años 2004 a 2021, la tasa de deserción de los profesores de Chile se ha mantenido relativamente estable, con un promedio de 3%.
Así lo da cuenta un estudio desarrollado por Elige Educar (con financiamiento de Fundación Larraín Vial) para el que se revisó una base de datos pública, con información sobre los docentes de aula del país en los últimos 18 años.
A pesar de esta estabilidad, la investigación también revela casos preocupantes: quienes enseñan especialidades técnico profesionales tienen un 7,5% de deserción anual promedio.
Otra cifra que se escapa de la norma es la de los profesores que recién comienzan su carrera profesional: el 10,7% de quienes se incorporan al sistema educativo —es decir, 11 de cada 100—, desertan al primer año de ejercicio. Según los datos, lo hacen en una proporción tres veces más alta que la de sus colegas con mayor experiencia.
Para Constanza Gómez, directora de Investigación de Elige Educar, se vuelve clave abordar este fenómeno.
“Sobre todo este año se vuelve fundamental poner el foco en la retención de estos profesores y profesoras, quienes tuvieron sus últimos años de educación universitaria de manera remota. Sus prácticas profesionales también fueron en formato virtual. Entonces se están enfrentando, en su primer año de ejercicio, a estar presenciales, un formato en el que tienen menos experiencia. Y todo esto bajo un contexto educativo con importantes brechas de aprendizaje y desafíos de convivencia”, señala.
“Si ya son docentes que en general en su primer año desertan más, este 2022 puede que la cifra sea aún mayor. En esa línea, es clave impulsar el acompañamiento, a través de, por ejemplo, potenciar el acceso y desarrollo de mentorías, una medida que está dentro de la Ley Carrera Docente, pero que hasta ahora ha tenido un bajo alcance”, dice.
Poca difusión
Según cifras del Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigaciones Pedagógicas, en 2021 se confirmaron 136 duplas de mentorías, en donde un profesor con más experiencia apoya a uno recién comenzando.
“Hay mucha evidencia de lo complejo que es el tránsito de estudiante de Pedagogía a profesor, porque a diferencia de otros rubros, en los primeros años se tienen responsabilidades muy similares a las de quienes llevan mucho más tiempo”, explica Bernardita Yuraszeck, directora ejecutiva de Impulso Docente y especialista ajena a este estudio.
Las mentorías —continúa— han demostrado ser efectivas en acompañar y hacer menos engorrosa esta adaptación.
“Hay mentores y hay profesores nóveles que entran a las salas todos los años, pero pocas duplas que se organicen para hacer este proceso de inducción más formal. Una de las cosas que se ha visto que podrían influir es que los profesores novatos tienen que postular, pedir al director de su establecimiento acceder a este beneficio. Y este proceso ha contado con poca difusión”, indica Bernardita Yuraszeck.
“Además puede ser engorroso: eres nuevo, estás en tu primer trabajo y tienes que llegar el primer día a pedir que te postulen. Quizás habría que ver si esto podría ser más expedito o sencillo”.
Como es el Ministerio de Educación quien asigna mentores, ocurre que a veces el mentor no es parte del mismo establecimiento, lo que también puede ser complicado, agrega Yuraszeck.
Rotaciones
Otros datos recopilados por la investigación de Elige Educar se centran en la rotación de los profesores. Este último concepto refiere a docentes que de un año a otro, dejan de trabajar en un establecimiento y empiezan en otro.
El promedio anual de rotación docente es 12,1%, cifra que ha sido estable para la mayor parte del periodo estudiado. En el caso de los novatos, la cifra es más del doble: en promedio, 26,7% de los profesores nuevos rota cada año.
Al ir al detalle, los datos muestran que entre 2004 y 2020, el 46% de los docentes no han rotado de colegio dentro de este periodo. Para Constanza Gómez, se trata de “un gran hallazgo”.
“Hay mucha evidencia, nacional e internacional, de que la deserción y la rotación tienen costos económicos y de aprendizaje para los establecimientos escolares. Cuando un docente sale de uno, ese establecimiento pierde experiencia, contextual y pedagógica. Y esos costos finalmente van a impactar el aprendizaje de los y las estudiantes”.
Si bien no se puede esperar que estos cambios no ocurran de vez en cuando, “cuando vemos grupos de docentes que están rotando mucho, es preocupante”.
Con esto en mente, Alexandra Uribe, investigadora de Elige Educar a cargo del estudio, también celebra que dentro del 54% de docentes que rotó entre escuelas en los últimos años, “la mitad solo lo ha hecho una vez”.
En 2020 además ocurrió un fenómeno llamativo, advierten las investigadoras, con un peak de retención docente: nueve de cada 10 profesores se mantuvieron en el mismo establecimiento respecto a 2019, aumentando la retención en 8 puntos porcentuales respecto al promedio de años anteriores (81,5%).
Esto podría relacionarse con que en un escenario de mayor incertidumbre, los costos de la rotación laboral crecen.
Docentes habilitados
Dentro de los docentes que se incorporan al sistema educativo y desertan en su primer año de ejercicio —el 10,7% del total de los profesores noveles—, la mitad corresponde a personas que recibieron habilitación del Ministerio de Educación para trabajar en el aula sin haber estudiado Pedagogía. Se trata de profesionales que cuentan con carreras universitarias (Química, por ejemplo) y que reciben un permiso especial para enseñar.
Eventual retorno
Otros datos que revela este nuevo estudio de Elige Educar dan cuenta de que un 3,2% de los profesores ha salido cada año de la sala de clases hacia otros cargos, pero dentro del mismo sistema escolar.
Otro 3% ha salido temporalmente del sistema escolar, pero ha vuelto a reincorporarse luego. En ese sentido, en esta investigación la deserción definitiva se entiende como “un docente que dejó el aula y no ha vuelto en cinco años”, explica la investigadora a cargo, Alexandra Uribe.
De esta forma, antes de que se cumpla ese periodo de tiempo, se considera que un docente que se fue todavía tiene posibilidades de retomar.
Siguiendo esta lógica, son 30.580 los profesores que durante los últimos años dejaron el sistema escolar, pero que aún no cumplen cinco años fuera y, por ende, podrían eventualmente retornar a este.