Quedan pocos días para darle fin a un segundo año escolar en pandemia. Y al igual que el primero, no fue fácil ni para las comunidades educativas ni para el sistema educacional en su conjunto. El 2022 está a la vuelta de la esquina, y sin duda volver a encontrarse en marzo, si las condiciones sanitarias lo permiten, significará un desafío importante.
¿Pero qué podemos sacar en limpio de este 2021 que se va y qué desafíos nos esperan el 2022? El último mes del año siempre es un instante propicio para hacerse estas preguntas. Pero no existe una única respuesta, y por eso mismo, como Impulso Docente incentivar la reflexión tanto dentro de las comunidades, desde su propia experiencia, como en nuestro equipo de trabajo ha sido fundamental.
Como la mayoría, partimos el año sin tener claridad de cómo evolucionaría el contexto sanitario, aunque todos los aprendizajes recogidos el 2020 nos permitieron trazar una hoja de ruta con la convicción de que el bienestar socioemocional sería un desafío ineludible y que la colaboración y el acompañamiento docente debían estar al centro de nuestro trabajo con las escuelas, jardines infantiles y salas cunas.
En ese sentido, y teniendo en cuenta que nos íbamos a enfrentar a un contexto muy cambiante e incierto, enfocamos nuestra labor en acompañar y entregar herramientas concretas, flexibles y efectivas a través de nuestros programas para que cada comunidad educativa las adaptara a sus propias necesidades y experiencia.
Así, y gracias a todas las organizaciones que colaboran con nosotros para que esto sea posible, logramos llegar a más de 55 establecimientos de casi todas las regiones del país.
Este 2021 también reconfirmamos que la colaboración docente es una práctica que marca la diferencia, no solo en el trabajo entre docentes y equipos directivos, sino que impacta en los aprendizajes de los estudiantes. Y por lo mismo, estamos muy contentos y entusiasmados porque este 2021, gracias al apoyo de las fundaciones Colunga y Liguria, formamos a 133 nuevos mentores y mentoras a través de nuestro diplomado que ya suma 300 personas certificadas en tres años, y de ellos 21 son educadoras de párvulos.
Asimismo, las fundaciones Irarrázaval y Mustakis permitieron la realización de talleres y certificados con foco en evaluación y carrera docente, fomentando el desarrollo continuo de docentes que quieren generar un impacto positivo en sus comunidades educativas siendo protagonistas de su propio perfeccionamiento.
Este trabajo de cooperación entre organizaciones comprometidas con el futuro de la educación también se vio fortalecido. Para seguir potenciando la colaboración, con el apoyo de la Fundación Mustakis, este año comenzamos a desarrollar una red de establecimientos diversos con el propósito de generar oportunidades de formación continua para directivos, docentes y asistentes de la educación, investigar y documentar prácticas destacadas y compartir aprendizajes y experiencias entre escuelas de distintos territorios de Chile.
Este proyecto, que se extenderá por 3 años, comenzó con un foco prioritario en Aprendizaje Socioemocional dado el contexto sanitario para luego ampliarse a otras temáticas. Como parte de este trabajo conjunto, realizamos un primer Encuentro Interescuelas en Aprendizaje Socioemocional en el que participaron 94 personas de 14 establecimientos de 7 regiones del país.
Hoy representantes de distintos territorios del país trabajan para redactar una Nueva Constitución, y como parte de Acción Colectiva —conformada por 25 organizaciones de la sociedad civil— Impulso Docente ha participado en diversas instancias para relevar la voz de las comunidades educativas en este contexto de cambios constitucionales.
La importancia de fortalecer la Educación Parvularia, como pilar esencial en el desarrollo de los niños y niñas, también nos llevó a generar una alianza con las fundaciones Liguria y Larraín Vial. Gracias al aporte de la Fundación Liguria, este 2021 formamos a 21 mentoras educadoras de párvulos, y con la contribución de la Fundación Larraín Vial realizamos 8 talleres abiertos con foco en Educación Inicial, con más de 8 mil inscritos, lo que recalca el interés y la necesidad de profundizar en estrategias que permitan aumentar y mejorar las oportunidades de desarrollo y aprendizaje de todos los niños y niñas.
No podemos sino reconocer y agradecer el trabajo y la confianza de todas aquellas comunidades educativas y organizaciones que fueron parte de nuestros programas, y por supuesto, el compromiso del equipo de Impulso Docente para hacerlo realidad. Si hay algo que la pandemia ha dejado de manifiesto es que existe la voluntad y el compromiso de trabajar ardua y conjuntamente por la educación de los niños y niñas de Chile.
Sin duda retomar la presencialidad implicará seguir adaptándose y flexibilizar, pero también creemos que recuperar el espacio físico de los centros educativos permitirá abordar las brechas de aprendizaje que se hayan generado durante estos años de pandemia, seguir posicionando la colaboración como un eje central y que trabajar el aprendizaje socioemocional es y seguirá siendo una necesidad transversal en las comunidades educativas.
De esta forma, y de cara al 2022, nuestro propósito es seguir impulsando a las comunidades educativas para que colaboren, se desarrollen continuamente, disfruten de la docencia, junto con contribuir, a partir de nuestra experiencia, a pensar la educación del futuro.