Al igual que todas las comunidades educativas del país, el colegio Ayelén de Rancagua tuvo que adaptarse a raíz de la pandemia, “considerando que la distancia, incertidumbre, consecuencias en la salud mental y el desarrollo socioemocional fueron una realidad que afectarían el bienestar”, dice la psicóloga Sofía Cajas. Es por esto que se formó un grupo de docentes especialmente dedicados al acompañamiento socioemocional en el establecimiento.
Desde sus inicios en 2015, el colegio Ayelén de Rancagua apostó por el aprendizaje socioemocional como eje transversal de su modelo educativo. Y como parte de esa apuesta, optaron por reemplazar la tradicional inspectoría por un equipo de cultura del estudiante, hoy integrado por cuatro psicólogas y una asistente social.
“Creemos que lo conductual se puede trabajar desde lo socioemocional”, explica la psicóloga Sofía Cajas, coordinadora de este equipo, cuyo propósito es desarrollar una cultura de convivencia social cuyas habilidades socioemocionales bases son la inteligencia social, el autocontrol y Cresed (sed de crecimiento). “Existen problemas de conducta como en cualquier colegio, pero creemos que siempre hay algo más a la base, y que está relacionado a lo socioemocional”, agrega.
“La estrategia es vincularnos con nuestros estudiantes y sus familias de tal manera que, a la hora de intervenir con ellos, tengamos una relación previa que nos permita generar cambios significativos y que perduren en el tiempo”, dice la coordinadora del equipo cultura del estudiante del Colegio Ayelén.
Como todas las comunidades educativas del país, la pandemia también les exigió adaptarse lo más rápido posible. Ningún establecimiento estaba 100% preparado para pasar de un formato presencial a uno virtual sin efectos colaterales como el cansancio, la falta de atención de los estudiantes, problemas de conectividad o socioemocionales.
Ya instalada la pandemia y sin luces muy claras de cuándo podría terminar, como comunidad educativa tomaron la decisión, con mucho esfuerzo y compromiso, de dividir su cuerpo docente en dos equipos: uno a cargo de seguir adelante con las clases y otro de mentores socioemocionales, responsables de acompañar y entregar contención socioemocional en cada uno de los cursos.
“En el caso de los docentes mentores, se conectaban con las familias a través de correos y llamados telefónicos, con el fin de generar distintas estrategias para mantener el vínculo y generar instancias que permitieran contener y apoyar a las familias”, explica Sofía.
Luego, el colegio implementó la modalidad semipresencial y los mentores socioemocionales se mantuvieron como apoyo de gestión de aula en cada clase. Al volver a clases presenciales cada docente retomó su propia área, aunque siguieron profundizando el ejercicio de mentoría como lo era antes a la pandemia.
Mentalidad de Crecimiento
Otra estrategia socioemocional que se está implementando fuertemente es el desarrollo de la Mentalidad de Crecimiento, que es la creencia de que todas las personas podemos desarrollar nuestras habilidades para aprender y superar desafíos si nos esforzamos, buscando nuevas estrategias o solicitando ayuda según sea necesario.
En ese sentido, Sofía subraya que “nuestros niños entienden que tenemos altas expectativas de ellos. Sabemos que tienen el potencial de superarse y mejorar”. A través de un programa de asesoría de la Fundación Impulso Docente, profundizaron en cómo seguir potenciando la Mentalidad de Crecimiento en toda la comunidad educativa, incluyendo a las familias, “porque los consideramos un agente fundamental en este proceso”, sostiene la psicóloga.
Como parte de la asesoría en Aprendizaje Socioemocional, abordaron el reconocimiento de emociones con los docentes, realizaron un diagnóstico sobre Mentalidad de Crecimiento en el colegio, identificaron mitos en torno a esta creencia, trabajaron la cultura del error y también diseñaron estrategias concretas para fomentarla dentro de la sala de clases. En el caso de las familias se les envió mensajes que trasmitían el concepto de Mentalidad de Crecimiento, para así continuar trabajando una cultura que involucre a la comunidad educativa completa.
“Lo que buscamos es instaurar la Mentalidad de Crecimiento como parte de nuestro relato institucional. Mientras más formación y conciencia tenemos como colegio de esto, nos hace tener acciones más concretas”, destaca la coordinadora de cultura.